El próximo domingo 14 de diciembre, se festejarán en La Habana, Cuba, los diez años de existencia de La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), organización que promueve la integración política, económica y social de los países de América Latina y el Caribe, con un marcado acento en temas de inclusión.
“A veces se nos critica que el ALBA ha ido muy lento, que llevamos diez años y no tenemos presencia comunicacional, como el Mercosur por ejemplo. Nosotros hemos preferido atender más al ritmo que a la velocidad. Entender que es preferible el análisis, escuchar a la sociedad, a los pueblos, antes que prestar atención a los indicadores”, sostuvo el embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez Romero, en el Foro con que se celebró en nuestro Plantel la década de trayectoria de esta organización en la que participan nueva naciones. En la imagen, de iz.q. a der., Francisco Racines, coordinador económico del ALBA; el académico del IDEA, Fernando Estenssoro; la embajadora de Nicaragua en Chile, María Luisa Robleto; y el diplomático Méndez Romero.
Texto, Andrés Vera y Soledad Villagrán, Comunicaciones Facultad de Humanidades.
Fotografía, Marco Avilés, gentileza Dpto. de Comunicaciones U. de Santiago.
“Este momento, en que celebramos el décimo aniversario del ALBA, es también un momento tremendamente complejo y apasionante para los chilenos. Después de 1990, nunca como ahora nuestro país ha discutido temas tan relevantes y eso es una buena noticia”, declaró el decano de la Facultad de Humanidades (FAHU), Dr. Marcelo Mella, en la apertura del foro “A diez años de la Alianza Bolivariana para América”, actividad con que la FAHU y el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) del Plantel, festejaron un nuevo año de vida de la Organización que ha puesto un énfasis especial en potenciar el capital humano, a través del mejoramiento del acceso a la salud y educación de sus naciones partícipes: Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Mancomunidad de Dominica, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas, y Bolivia.
El decano Mella destacó que el camino chileno hacia lo que denominó una “segunda transición”, encaminada al cambio de un modelo de desarrollo distinto del heredado de la dictadura militar, “ha sido un proceso difícil y complejo”. Sin embargo, compartió su esperanza de que se abra una etapa de diálogo, “indispensable para nosotros y para América Latina, porque todavía nuestras sociedades tienen grandes niveles de desigualdades”, remarcó el académico, dando por inaugurado el panel en el que se dieron cita el pasado viernes (28), el director (s) del IDEA, Dr. Fernando Estenssoro; el coordinador económico del La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Dr. Francisco Racines; el embajador de la República Bolivariana de Venezuela, Arévalo Méndez Romero; y la embajadora de Nicaragua en Chile, María Luisa Robleto, en el Auditorio del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación.
Procesos revolucionarios
La embajadora de Nicaragua, María Luisa Robleto, ofreció una breve reseña de “esta alianza bolivariana”, subrayando que los nueve países que la integran representan casi la tercera parte de las treinta y tres naciones que forman parte de la comunidad de estados caribeños y latinoamericanos; y un poco más del diez por ciento del territorio y capital humano del planeta.
La diplomática afirmó que el ALBA busca tener “una amplia visión latinoamericanista que reconozca la posibilidad de que nuestros países se desarrollen y sean verdaderamente independientes”. En este sentido, enfatizó que en Nicaragua, Venezuela, Bolivia y Ecuador “avanzan procesos revolucionarios que han abierto perspectivas de autonomía e independencia para nuestra América; y que han renovado profundamente sus democracias con propuestas que tienen sustentos políticos”.
Contrapesos a la disparidad
Por su parte, el coordinador económico del ALBA, Francisco Racines, coincidió con el decano Mella respecto de que América Latina vive un momento crucial e invitó a reflexionar seriamente acerca de los fundamentos sobre los que se sustentan ideas como el adelanto y crecimiento. El economista, insistió en la necesidad de avanzar hacia una propuesta de desarrollo que privilegie al ser humano por sobre cualquier otra consideración.
“Yo creo que el ALBA -TCP es la única propuesta de integración en el que no solamente los ciudadanos tienen el derecho, sino que tienen el deber de reflexionar sobre qué necesitan ellos y sus pueblos”, manifestó Francisco Racines en relación a la importancia de contar en Latinoamérica con un organismo de estas características. En este sentido, recalcó que las demás apuestas de integración no han sido exitosos. “Los argumentos en los que se basa este fracaso tienen que ver con las desigualdades que tenemos a nivel económico, y otro factor es la concentración de consumidores. Tenemos países como Brasil y México, con mercados de consumo importantes que fortalecen las asimetrías existentes”. Otro punto débil radicaría en el modo en que se ha querido concretar la vinculación: “basándola en acuerdos comerciales, lo único que se hace es fortalecer la disparidad”.
Desde la visión del experto ecuatoriano, el Alba intenta escapar del destino de dependencia y marginalidad que ha vivido Latinoamérica por asumir un rol de proveedor. El desafío es replantear este escenario a través de pilares como una sólida base productiva que apele a la diversificación; fortalecer el comercio intersectorial; y disponer de una arquitectura financiera. En esta línea, se ha buscado fortalecer la conexión comercial a través de un banco regional y el uso del sucre como una moneda virtual de compensación de pagos. En el futuro, se vislumbra la constitución de un fondo de reservas monetarias.
El mercado no es lo primero
En su exposición, el embajador de la República Bolivariana de Venezuela en nuestro país, Arévalo Méndez Romero, subrayó los logros que ha alcanzado el ALBA- TCP en materia social. “Hemos entendido que el relativo éxito o los fracasos que hemos tenido en América Latina cuando hemos intentado estructurar mecanismos de integración, es que se parte de la base que primero es el comercio, el mercado, las empresas. Para nosotros en el ALBA, la prioridad es construir una estructura de redistribución justa de la riqueza para que haya inclusión social. Para que todos entiendan, que el mercado se construye a partir de las necesidades sociales y no al revés. Darle una dimensión social a estos proyectos ha sido el primer gran acierto de la propuesta de la alianza”, enfatizó la autoridad venezolana.
“A veces se nos critica que el ALBA ha ido muy lento, que llevamos diez años y no tenemos presencia comunicacional, como el Mercosur por ejemplo. Nosotros hemos preferido atender más al ritmo que a la velocidad. Entender que es preferible el análisis, escuchar a la sociedad, a los pueblos, antes que prestar atención a los indicadores”, declaró Méndez Romero.
El director subrogante del IDEA, Dr. Fernando Estenssoro fue el encargado de plantear algunas conclusiones en relación al encuentro. “América Latina tiene que empezar a velar por sus intereses y su supervivencia”, indicó, junto con manifestar que los organismos como el ALBA o el Unasur, “nos tienen que ir aproximando de manera madura e inteligente a un proceso que nos permita, por lo menos, ser una sola voz en esta negociación global por nuestros intereses”.
*Texto publicado el miércoles 10 de diciembre de 2014.-