¿Podemos ser mirados por un animal como somos mirados por un ser humano? ¿Cuándo nos mira un gato o una gata de sexo opuesto al nuestro, desata esa mirada el pudor y la vergüenza como cuando nos mira un humano?
A partir de estas simples preguntas, algunos filósofos contemporáneos han iniciado una reflexión global sobre los animales y los seres humanos, así como sobre el hecho de que no es posible definir a uno sin definir al otro.
Fruto de esta reflexión –donde humanos y animales se miran como en un espejo-, surgen consecuencias éticas y políticas. A lo largo de la historia se constata que la escala humano-animal está llena de grados y matices: se animaliza a algunos humanos para explotarlos o esclavizarlos, y se esclaviza a los animales para beneficiarse de ellos.
¿Es eso legítimo? ¿Hay algo que lo justifique? ¿Sabemos lo que es un ser humano, hoy?