Metodología de Innovación Curricular
Las innovaciones de planes de estudios se realizan para atender a diversas razones que convocan la realización de un cambio. De acuerdo con Gardner, las profesiones cambian como resultado de la interacción de cuatro factores: a) cambio en las tecnologías; b) creencias y valores culturales; c) cambios en los ambientes sociales; d) contribuciones de creadores y grandes líderes.
En relación con el primer punto, el aporte de la ciencia y tecnología renueva permanentemente los desafíos que debe enfrentar el profesional, lo cual conlleva a que las universidades deban revisar permanentemente las bases científicas y las transformaciones del conocimiento aplicado a soluciones prácticas.
En segundo lugar, se hace referencia al marco deontológico de la profesión y a los valores culturales compartidos en el contexto social-profesional.
El tercer elemento son los ambientes sociales, de los cuales emergen necesidades sociales que impactan en el ejercicio de la profesión, su valorización y trascendencia para un grupo social. Finalmente, el liderazgo de miembros de la profesión y las contribuciones de creadores representan un desafío a considerar en la revisión de curriculum universitarios (Gardner 2001, en: Corvalán, Tardif, Montero, Goudreau, Lachiver, Méndez, Poumay y Urra, 2013).
Fuentes del diseño curricular basado en competencias
Para responder a las necesidades sociales y profesionales que emergen como demanda de rediseño y actualización, el Magister en Educación emplea un enfoque de rediseño curricular orientado por competencias. Una sociedad moderna, requiere que todas las personas tengan conocimientos y competencias, (Perrenound, 1999), el conocimiento no se transfiere por un proceso de extrapolación desde el mundo externo
hacia la memoria, sino a partir de la construcción de interpretaciones personales, basadas en las experiencias e interacciones individuales.El modelo de diseño curricular aplicado considera las competencias desde la concepción de Jonnaert (2002), caracterizadas como se presenta a continuación:
Una competencia es una puesta en práctica de saberes, por una persona en particular o un grupo de personas: saber ser, know‐how, saber devenir en una situación dada. Siempre se contextualiza en una situación específica.
Su puesta en práctica supone una movilización eficaz de un conjunto de recursos pertinentes de orden cognitivo, afectivo, social, contextual u otros.
La actuación competente implica la selección y coordinación de los recursos movilizados, que permitirán ser lo más eficaz posible en la situación.
La situación en que se aplica la competencia puede ser la resolución de un problema o el desarrollo de un producto.
Finalmente, la actuación competente implica que todos estos resultados no sólo han permitido tratar la situación con éxito, sino también que estos resultados son socialmente aceptables; esta doble caracterización del resultado, éxito versus aceptación social, requiere integrar una dimensión ética a la evaluación de los resultados.
De la caracterización anterior se concluye que las competencias siempre se desarrollan y evalúan mediante situaciones contextualizadas, a través de desempeños o productos. Esta comprensión permite que el proceso de enseñanza y aprendizaje tenga sentido desde la dimensión práctica del saber actuar a partir del modelamiento en desempeños típicos.
El modelo curricular se sustenta en un enfoque socioconstructivista de la educación, en el cual los conocimientos se sitúan en contexto y los estudiantes construyen conocimientos situados, a partir de un conjunto de situaciones y problemas relacionados con el rol social y desempeño profesional a ejercer. Las personas desarrollan conocimientos a partir de lo que ya conocen, articulando los saberes con otros recursos sociales, afectivos y contextuales que les permiten ser competentes en diversas situaciones. El foco está centrado en el aprendizaje, no en el contenido, en el contexto y la situación en la que los estudiantes puedan aplicar ese contenido como conocimiento viable.
No es posible asociar en forma automática los saberes que enseña el profesor y los conocimientos que construye el alumno, ya que están determinados por la representación que el sujeto conoce y tiene de la situación (Jonnaert, 2002). El aprendizaje en la situación y contexto, corresponde al paradigma de la cognición situada, vinculado al enfoque sociocultural vigotskyano, que plantea que el conocimiento es situado, es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y utiliza (Díaz, 2003).
En relación a la construcción del plan de estudios innovado, esta se realiza desde una concepción compartida de las competencias del perfil y su desarrollo mediante una matriz de escalamiento, para ello, se requiere gestionar el compromiso de toda la comunidad educativa (Tardif 2003), especialmente del cuerpo académico que implementa y gestiona el plan de estudios.
El desarrollo de la innovación curricular requiere implementar una metodología participativa, en la cual los académicos de Programa formulen sus propuestas de reforma curricular y las decisiones se adopten en base a una visión compartida del nuevo Plan de Estudios. Se constituyó un comité curricular para cada Especialidad, sesiona periódicamente y sus avances son complementados con las orientaciones técnicas de asesores curriculares.
En relación con el rol de los asesores curriculares, está dirigido a la gestión de la innovación para la construcción de un producto coherente, armónico y que responda a las necesidades educacionales que impulsaron la innovación. Mediante un trabajo sistemático y basado en comités curriculares conformados por académicos del plan de estudios, se proponen procedimientos para el cumplimiento de los objetivos propuestos, se entrega orientación conceptual y técnica, se sistematizan, completan, y presentan los productos intermedios y finales.