
Profesora Elisa Loncon participó en Encuentro Continental de Mujeres Indígenas en Guatemala
Por Marco Fajardo
La profesora Elisa Loncon, miembro del Departamento de Educación, participó en VII Encuentro Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA) en Guatemala, el pasado 16-19 de noviembre de 2015, donde estuvieron presentes 298 líderes, autoridades comunitarias y activistas de 22 pueblos autóctonos de la región.
En el tema de las lenguas indígenas, la académica presentó junto a la historia y socióloga mexicana Paloma Bomfil y la ecuatoriana Mirian Masaquiza una serie de recomendaciones a los Estados para su uso y preservación, así como para una relación horizontal entre la academia y las mujeres productora de conocimientos tradicionales y o indígenas.
El ECMIA busca abrir una plataforma de socialización, reflexión y análisis sobre temas relacionados a las condiciones de vida de las mujeres indígenas, adultas y jóvenes, en su empoderamiento, articulación organizativa y participación plena en los diferentes procesos relacionados con sus derechos económicos, sociales, políticos y culturales.
En la ocasión, Premio Nobel de la Paz (1992) Rigoberta Menchú recordó el papel de ellas en la preservación de la cultura y la pervivencia de sus pueblos, por ser "las transmisoras de la lengua, saberes tradicionales y el frente de defensa de nuestros territorios".
Demandas
En el primer punto, Loncon pidió a los Estados tomar las medidas constitucionales, legislativas y de otro tipo necesarias para que se reconozcan los idiomas indígenas, se respeten los derechos lingüísticos de los indígenas, y elaborar políticas y programas que refuercen el uso diario de estos idiomas en todos los niveles, en las instituciones públicas y privadas, dentro y fuera de las comunidades indígenas y principalmente en los medios de comunicación pública y televisión.
Asimismo, recomendó proteger y promover los idiomas indígenas mediante el apoyo al uso de las tecnologías multimedia actuales y nuevas por los pueblos indígenas, el establecimiento de mecanismos que aseguran una representación adecuada de los idiomas indígenas en los medios de difusión de propiedad pública y privada, la publicación de literatura indígena, yla promoción de la utilización de signos y símbolos indígenas en la esfera pública.
También señaló que es necesario garantizar la existencia de un entorno lingüístico en el que los hablantes de los idiomas indígenas no sean forzados o coaccionados a renunciar a sus idiomas para tener éxito en la vida nacional, así como garantizar la educación intercultural bilingüe a todos los niños indígenas y la enseñanza de sus idiomas en los curriculum nacionales en el marco de la interculturalidad para todos.
“Esta medida también requiere formación de recursos humanos especialistas en idiomas indígenas y la normalización de éstas, como superación de las condiciones de desigualdad en que se encuentran hoy los idiomas indígenas respecto otros idiomas hegemónicos”, indicó.
“El principal desafío reside en los pueblos indígenas que viven en zonas urbanas donde no utilizan tanto el idioma indígena, por diversas razones”, estima Loncon. “A este respecto, debe prestarse especial atención a su situación. Los Estados y los organismos de cooperación deben centrarse en la forma de proteger y revitalizar el idioma en situaciones de migración de los pueblos indígenas, prestando especial atención al papel de la mujer como transmisora de la lengua a sus hijos”.
Cooperación internacional
Las especialistas además pidieron a la cooperación internacional asegurar una financiación suficiente para la preservación, revitalización y promoción de los idiomas y las culturas indígenas, reconociendo el costo de ejecutar programas y proyectos en zonas remotas.
“La comunidad internacional debe financiar las iniciativas que permiten el intercambio de ideas sobre programas relativos a los idiomas entre comunidades indígenas”, aseguraron.
Además recomendaron a los propios pueblos indígenas tomar en cuenta el importante papel de las mujeres indígenas como las principales transmisoras de los idiomas indígenas a las generaciones futuras y empoderarlas para que tengan una mayor participación en la toma de decisiones y la revitalización del idioma.
Academia y mujeres indígenas
Loncon además señaló una serie de recomendaciones para una relación horizontal entre academia y las mujeres productoras de conocimientos tradicionales y o indígenas.
“Actualmente es cada vez mayor la escolarización de las poblaciones indígenas y se han ampliado las oportunidades de formación universitaria de y para indígenas, hombres y mujeres, aunque todavía es muy grande la brecha de oportunidades con respecto de las sociedades nacionales”, señaló.
En las Américas hay cada vez más profesionistas indígenas, aunque en algunos lugares como en México solo el 2% de la población indígena accede a la universidad y más de la mitad son mujeres (en Chile no hay datos estadísticos de la población indígena en la educación superior)esta creciente emergencia ha producido nuevas reflexiones y otros enfoques no abordados y ha hecho visibles las relaciones desiguales de la academia con los pueblos indígenas y principalmente las mujeres.
Entre estas problemáticas se encuentra por ejemplo la descalificación de los saberes propios, los conocimientos son mirados como lo exótico, folclórico o como místicos; desvinculados del espacio y del tiempo, de la realidad y de las comunidades. El sistema educativo hegemónico monocultural ha contribuido a esta mirada desde la educación básica.
“No tenemos en nuestros países mecanismos ni criterios de validación ni de valoración de los conocimientos indígenas en las academias, particularmente de las personas productoras de estos saberes”, lamentó la académica.
Por otro lado, las profesionales indígenas graduadas en el sistema occidental no tienen espacios para cultivar su cultura, sus identidades y tampoco para desempeñarse profesionalmente. Además tienen que enfrentar discriminación de género y de pertenencia indígena en espacios estructurados para el conocimiento positivista.
“Las mujeres indígenas que acceden a la universidad tiene una oportunidad pero al mismo tiempo viven el alejamiento de sus comunidades, y la no aceptación de su cultura por el otro, o la discriminación”, explicó.
La academia ha sido históricamente colonizadora y machista, ha habido una relación de apropiación de los conocimientos indígenas y también de los actores de estos conocimientos con lo que se ha generado que la construcción de conocimiento sea asimétrica y abusiva, generándose el robo de la propiedad intelectual, de los créditos, de las oportunidades laborales, y hay faltas de reconocimiento, entre otros, señaló.
Se han abierto espacio de diálogos que llevan a proponer una relación diferente como lo es la educación Intercultural, las universidades interculturales, programas de formación de lideresas y sobre todo hay más voces de mujeres indígenas que demandan la oportunidad de hablar por sí mismas, involucradas en la producción de conocimientos propios.
Ante estos contextos el conocimiento indígena está siendo reconocido a nivel global como un recurso para la humanidad que ayuda a enfrentar los problemas ambientales, resolución de conflictos, la soberanía alimentaria, a la preservación de los recursos y el medio, la medicina y otros.
Las mujeres indígenas han realizado múltiples contribuciones para la mantención de la diversidad cultural, lingüística y las prácticas tradicionales como en la solución de los problemas sociales, económicos, que afectan a sus familias y comunidades, asegura Loncon.
Exigencias
En este marco, las especialistas exigen a las academias el reconocimiento de los saberes indígenas, de los actores o sabios portadores de estos saberes, de la forma de trasmitirlos, preservarlos y el papel de las mujeres en este sistema de resguardo, transmisión y desarrollo.
También pidieron generar grupos de trabajo sobre el tema academia, mujeres indígenas y conocimientos tradicionales al interior del Enlace (ECMIA) que profundice la reflexión, y sistematización, como la divulgación de los saberes y el reconocimiento de las autorías indígenas.
Pidieron “que la academia sea aliada para el ejercicio de los derechos de las mujeres indígenas en sus pueblos y en la sociedad nacional, que les permita incidir en el cambio cultural que se necesita”, así como un espacio para que las profesionales indígenas jóvenes contribuyan a formar programa de vinculación de los saberes académicos y tradicionales en sus comunidades y en la sociedad nacional.