
Dra. Natalia Ferrada se integra como académica al Departamento de Educación: “Quiero aportar en la formación de profesores de calidad”
- Es profesora en Educación General Básica por la Universidad del Bío-Bío y doctora en Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación por la Universidad de Santiago de Compostela. Le apasiona la docencia y la investigación. Actualmente trabaja sobre un tema que no se ha discutido en Chile: las y los educadores inmigrantes que han llegado a nuestro país a trabajar al sistema escolar. Respecto a su incorporación a la USACH señala “Creo firmemente en que la educación pública puede ser de calidad, entonces estaba deseosa de volver a la educación pública después de haber estado dos años y medio en una institución privada”.
Por Camila Vásquez
La Dra. Natalia Ferrada nació en Chillán. Es soltera y actualmente vive en un departamento en Santiago, el que compró hace muy poco y está decorando y remodelando con mucho entusiasmo. Le gusta salir a caminar, andar en bicicleta, visitar cafeterías, pues se declara "coffee lover"; ver series y cocinar. “Soy bastante hogareña. Me encanta cocinar para otros, que prueben lo que hago, invitar a mis amigos y cercanos”, contó.
Hace aproximadamente 10 años le diagnosticaron intolerancia al gluten, condición que la ha llevado a investigar acerca de la comida saludable. “Comencé a averiguar cómo podía mejorar mi salud, dejando alimentos procesados, lactosa, entre otros. Fue todo un gran descubrimiento cocinar masas y cosas dulces sin gluten. El último año aprendí a hacer pan de masa madre sin gluten”, aseguró.
Otra de las cosas que disfruta es su vínculo con el tema ambiental. Lleva años reduciendo todos los plásticos y elementos químicos, desde el jabón hasta productos de limpieza, priorizando elementos biodegradables que dañen lo menos posible el medio ambiente y que no estén testeados en animales, además de cultivar sus alimentos. “Estoy armando mi huerto de balcón, hace dos semanas fui a mi primer curso de huerta, semillas orgánicas de polinización abierta e hice mis primeros almácigos. Pretendo lanzarme esta temporada con pepinos, tomates pimientos, ají y flores”, dijo.
Se formó en la Universidad del Bío-Bío como profesora de educación general básica, razón por la cual se siente muy identificada y abanderada con nuestra carrera. “Entre mis metas y aspiraciones se encuentra contribuir para que la carrera sea un referente a nivel nacional en la formación de profesores”, dijo.
Actualmente desarrolla una línea de trabajo sin explorar en Chile, relacionada a la inmigración profesional de profesores. “Espero abrir la línea y consolidarla. Creo que ya tengo una trayectoria que me permite hacerlo y la experiencia, porque trabajé en el sistema escolar por cinco o seis años, entonces siempre mantengo un vínculo con el sistema escolar”, contó.
Entre sus metas y aspiraciones se encuentra el desafío de la acreditación de la carrera de PEGB, la adjudicación de proyectos. “La Universidad tiene 7 años de acreditación y quiero aportar para que la carrera también alcance esos. Otras de mis metas, a mediano plazo, es ganarme un Fondecyt”, aseguró.
Volver a la educación pública
La semana en que la Dra. Natalia se enteró que había sido seleccionada en el concurso público de nuestra universidad, estaba decidiendo si viajar a Sudáfrica, un proyecto que estaba detenido antes de la pandemia. “La idea era irme a realizar unos estudios de inglés, pero la semana en que recibí los resultados, estaba con una intuición muy fuerte que me decía que no viajara, pero no algo malo, sino que luego de tanta cancelación de vuelos, la motivación y las ganas fueron disminuyendo, entonces decidí cancelar el viaje. Finalmente, el viernes uno de julio me llegó la carta del concurso con el resultado y fue una felicidad máxima. Postular a la Usach es como irme a las ligas mayores, una alegría y a la vez una presión, porque tengo que dar lo mejor de mí y demostrar mis capacidades”, contó.
La gran motivación de la profesora Ferrada por pertenecer a la Usach fue volver a la educación pública. “Hace años atrás trabajé en una universidad estatal, Arturo Prat de Iquique, y mi trayectoria como estudiante también está ligada a la educación pública. Tengo una familia, una mamá profesora, vecinos profesores, siempre estuve rodeada de profesores que trabajaban en educación pública y siempre tuve admiración por ese trabajo. Estaba deseosa de volver a la educación pública después de haber estado dos años y medio en una institución privada”, dijo.
La pasión por la docencia
La Dra. Ferrada es una apasionada por la docencia y la investigación. “Me siento como pez en el agua, porque es mi vocación desde muy pequeña. Durante estos dos años de pandemia no lo pasé muy bien, eso de no tener contacto con los estudiantes fue duro, hacerles clases a pantallas, pero ya estamos volviendo y me encanta hacer clases de manera presencial”, dijo.
Y es esa misma pasión, la que llevó a esta investigadora a centrarse en educadores inmigrantes, profesores extranjeros que han llegado a Chile a trabajar. “Se ha discutido mucho sobre los estudiantes, la diversidad del alumnado, la inclusión, el tratamiento de las escuelas hacia ellos y sus familias, pero no nos podemos quedar solo con eso cuando hoy hay profesores, una cantidad no menor, trabajando en el sistema escolar. Ellos llegan como profesores nóveles, porque llegan a una cultura, a un país y un sistema escolar diverso, por lo tanto, necesitan facilitadores para integrarse y estos facilitadores desde la política no están, y es eso lo que me mueve hoy”, aseguró.
Su trabajo en el Departamento se centrará en la investigación y en la docencia tanto en pregrado como en el postgrado. Realizará dos asignaturas este semestre: Taller de necesidades educativas especiales en Pedagogía en Educación General Básica y Metodología de la Investigación en Pedagogía en Historia y guiará tres trabajos finales en el Magister en Educación mención Currículum y Evaluación. Además, participará como investigadora en el Centro de Estudios Migratorios, alojado en la Facultad de Humanidades.
“Me gustaría aportar en la formación de profesores capaces de ver las fortalezas de sus estudiantes y aprovecharlas para mejorar aquellas debilidades que puedan tener, formar profesores para el siglo XXI que afronten los cambios que hoy tenemos como sociedad y que sean capaces, a su vez, de formar estudiantes con opinión y con respeto hacia el otro”, concluyó.