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Académicos del Departamento de Educación publican artículo sobre la mejora de la práctica evaluativa escolar a partir de los resultados Simce

Foto artículo Daniel Ríos agosto 2022

  • El Dr. Daniel Ríos junto al Dr.(c) David Herrera y la Mg. Katherine Riquelme concluyeron que los docentes son los principales responsables de asegurar una formación de calidad en sus estudiantes, lo que permite pensar y actuar en procesos evaluativos contextualizados, auténticos, con énfasis en lo procesual y una retroalimentación permanente de las actividades curriculares de los estudiantes, a fin de asegurar que sus aprendizajes sean de calidad.

Por Camila Vásquez

El artículo titulado El sistema de medición de la calidad de la educación (simce) de Chile: desafíos y oportunidades para la mejora de la práctica evaluativa escolar y publicado en la Revista Humanidades & Inovação, Volumen 9, tiene como propósito plantear desafíos para mejorar la práctica evaluativa en los centros escolares, a partir de los resultados que proporciona el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE) que se aplica en Chile.

Para los autores del artículo, Dr. Daniel Ríos, Dr.(c) David Herrera y la Mg. Katherine Riquelme, la mediatización pública de los resultados del SIMCE, información que hoy se entrega de forma específica a cada agente educativo, ha afectado el prestigio de las escuelas respecto a su quehacer educativo.

“Sus resultados han generado una estigmatización de las escuelas con bajos puntajes, significando pérdida de matrícula, malestar profesional en sus profesores y directivos, y disminución de confianza en los padres”, aseguran en el artículo.

Es a partir de esto que plantean una serie de desafíos para la evaluación educativa basada en nuevas concepciones y prácticas evaluativas de los docentes.

 

Simce: Resultados y usos de las evidencias para la mejora escolar

Uno de los propósitos iniciales del SIMCE como prueba estandarizada es medir la calidad de la educación, lo que repercute en la toma de decisiones, en el currículum, la enseñanza y el aprendizaje, impactando en las prácticas educativas de las escuelas.

Pese a los esfuerzos del Ministerio de Educación por una modernización técnica a favor de su fortalecimiento y mejora, los autores plantean que, se vuelve necesario fortalecer las políticas educativas y ampliar el acompañamiento de buenas prácticas para promover el buen uso de las evaluaciones educativas escolares, en función de priorizar las necesidades de cada escuela y en la voz de sus principales implicados, estudiantes y profesores.

“Esto hace pensar en la necesidad que los docentes y directivos asuman la responsabilidad de los procesos y resultados educativos desde una perspectiva de responsabilización sustentable”, indican en el texto.

Desafíos y oportunidades para la mejora de la práctica evaluativa escolar

Los y la autora del artículo, presentan a través de este análisis, desafíos y oportunidades para la práctica evaluativa del profesorado, las que podrían ser complementarias a la evaluación externa a las que son sometidas las escuelas chilenas.

Es así como en función de favorecer prácticas evaluativas internas de los establecimientos escolares, se proponen criterios tales como: una evaluación contextualizada, de proceso, con intencionalidad formativa, con retroalimentación oportuna, aplicación de diversos instrumentos evaluativos y con una mayor participación de estudiantes en la evaluación.

En ese sentido, buscan que estas nuevas orientaciones de evaluación den un uso más pedagógico a los resultados del SIMCE, valorándolos como un insumo.

Hacia una nueva práctica evaluativa escolar

Según los y la investigadora, una nueva práctica evaluativa al interior de los establecimientos escolares implicaría una mayor atención al contexto y participación del estudiante en su propio proceso de aprendizaje y de esta forma se generar el escenario propicio en el desarrollo de habilidades para la autorregulación y autorreflexión del aprendizaje.

“Para ello será necesario elaborar estrategias que fomenten la evaluación formativa, por medio de técnicas que promuevan una mayor participación del estudiante en su proceso de aprendizaje, como, por ejemplo, la autoevaluación, coevaluación y evaluación entre pares, acompañado de retroalimentación oportuna”, aseguran en la publicación.

Para lograrlo, plantean la necesidad de que estos procesos evaluativos promuevan la crítica hacia el yo y hacia la sociedad, con tal de fortalecer procesos de metacognición grupales e individuales.

Para finalizar, apuntan a la participación estudiantil en los procesos educativos como un recurso importante para la descentralización de la evaluación, contribuyendo a una mirada compartida de la evaluación desde el papel de sus implicados.

“Todo lo anterior, está pensando en que la participación de la población estudiantil contribuya a la formación y desarrollo de la ciudadanía, ya que promueve y fortalece los espacios de diálogo y participación respecto de los procesos de evaluación y construcción de los aprendizajes”, indican.

 

Académicos del Departamento de Educación publican artículo sobre la mejora de la práctica evaluativa escolar a partir de los resultados Simce